viernes, noviembre 03, 2023

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Antonio Canova

Antonio Canova (Possagno1 de noviembre de 1757Venecia13 de octubre de 1822) fue un escultor y pintor italiano del neoclasicismoAntonio Canova nació en Possagno, un pueblo de la República de Venecia, situado en medio de las colinas de Asolo, donde se forman las últimas ondulaciones de los Alpes y que desaparecen en las llanuras de Treviso

Tras la muerte de su padre Pietro Canova, cuando él tenía tres años, un año más tarde su madre contrajo segundas nupcias dejándolo al cuidado de su abuelo paterno. Tuvo un hermano del nuevo matrimonio de su madre, el abad Giovanni Battista Sartori, con el que mantuvo muy buenas relaciones y que fue su secretario y albacea. Al parecer su abuelo, escultor también, fue el primero en percatarse de su talento, y enseguida Canova fue iniciado en los secretos del dibujo.


Primeros años

Su juventud la pasó en talleres de arte, mostrando predilección por la escultura. Con nueve años fue capaz de realizar dos pequeños altar-relicarios de mármol que todavía existen, y desde entonces su abuelo le encargaba diferentes trabajos. El abuelo estaba patrocinado por la acaudalada familia Falier de Venecia, y a la vista de las aptitudes del joven Canova el senador Giovanni Falier se convirtió en su protector. Gracias a él, con trece años, fue puesto bajo la dirección de Giuseppe Bernardi, uno de los más notables escultores de su generación en el Véneto.

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Sus estudios fueron complementados por el acceso que tenía a importantes colecciones de esculturas antiguas, como las mantenidas por la Academia de Venecia y el coleccionista Filippo Farsetti, que le fue útil para establecer nuevos contactos con clientes adinerados. Pronto sus obras fueron elogiadas por su virtuosismo precoz y recibió los primeros encargos, entre ellos dos cestas de fruta en mármol para el propio Farsetti.

Cuando Canova tenía 16 años falleció su maestro y del taller se hizo cargo entonces el sobrino de este, Giovanni Ferrari, con el que Canova permaneció cerca de un año. La copia que hizo en terracota en 1772 de los famosos Luchadores de la Galería de los Uffizi le valió el segundo premio de la Academia.

Su protector le confió la ejecución de dos grandes estatuas a tamaño natural: Orfeo y Eurídice, que fueron expuestas en la plaza de San Marcos y admiradas por un miembro de la importante familia Grimaldi que le encargó una copia (en la actualidad en el Museo del Hermitage de San Petersburgo). En los años posteriores de su estancia en Venecia hasta 1779, esculpió numerosas obras, entre ellas un Apolo, que donó a la Academia al ser elegido como miembro de esta institución,​ y el grupo escultórico Dédalo e Ícaro. Su estilo en ese momento tenía un carácter ornamental típico del rococó, pero era también vigoroso y con un naturalismo propio del arte veneciano que mostraba una tendencia a la idealización que había adquirido en sus estudios de los clásicos.


En mayo de 1822 visitó Nápoles para supervisar la construcción del modelo para una estatua ecuestre del rey Fernando I de las Dos Sicilias, el trayecto del viaje afectó a su delicada salud aunque a su vuelta a Roma se recuperó algo, pero en su visita anual a Possagno su estado empeoró. Fue trasladado a Venecia, donde falleció lúcido y serenamente. Sus últimas palabras fueron Anima bella e pura (alma hermosa y pura), que pronunció varias veces antes de expirar. Los testimonios de amigos presentes en su traspaso, explicaron que su cara fue adquiriendo un aumento de luminosidad y de expresión, como absorto en una contemplación de éxtasis mística. La autopsia realizada reveló una obstrucción del intestino por una necrosis a la altura del píloro.

Su funeral, celebrado el 25 de octubre de 1822, fue realizado con los más altos honores, entre la conmoción de toda la ciudad y los académicos rivalizaron para llevar a su ataúd. Su cuerpo fue enterrado en el Templo Canoviano de Possagno y su corazón fue depositado en una urna de pórfido en la Academia de Venecia.

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Su muerte provocó luto en toda Italia, y a los homenajes fúnebres ordenados por el papa, en Roma, asistieron representantes de varias casas reales de Europa. Al año siguiente comenzó a ser erigido un cenotafio, de un diseño que había sido creado por el propio Canova en 1792 por encargo de Zulian, originariamente como homenaje para el pintor Tiziano, pero que no se llegó a realizar. El monumento, donde fue trasladada la urna con su corazón, se puede visitar en la basílica de Santa María dei Frari de Venecia.


Obras de Antonio Canova

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