viernes, noviembre 03, 2023

GRANDE
Juan Martínez Montañés

Juan Martínez Montañés (Alcalá la RealJaén16 de marzo de 1568 – Sevilla18 de junio de 1649) fue un escultor español. Su obra conserva la sobriedad clásica propia del Renacimiento, aunque aportando la profundidad de la escultura del Barroco. Se formó en Granada con Pablo de Rojas y completó su educación en Sevilla, donde se estableció para el resto de su vida, convirtiéndose en el máximo exponente de la escuela sevillana de imaginería. Prácticamente toda su obra fue de tema religioso, menos dos estatuas orantes y el retrato de Felipe IV. Recibió y realizó encargos para diversas ciudades del continente americano.

En su tiempo fue conocido como el «Lisipo andaluz» y también como el «dios de la madera» por la gran facilidad y maestría que tenía al trabajar con dicho material.

Nació en la ciudad jienense de Alcalá la Real, siendo bautizado en la iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos, el 16 de marzo de 1568, teniendo por padrinos al licenciado Gil Fernández, que era provisor de la Abadía de Alcalá la Real, el cargo más importante después del de abad, y a María de Mendoza, mujer del regidor Francisco de Aranda.

800px-Velázquez_-_Juan_Martínez_Montañés_(Museo_del_Prado,_1635-36)

Sus padres fueron Juan Martínez, de oficio bordador y conocido con el sobrenombre de “Montañés”, y su madre Marta González. El matrimonio tuvo seis hijos de los cuales Juan era el único varón. Mantuvo una profunda relación con las dos únicas de sus hermanas que llegaron a la edad adulta. La menor de ellas, Tomasina, fallecida en 1619, convivió con el escultor, hasta su muerte, su pérdida impulsó una época de decaimiento anímico de Montañés.​ En Alcalá conoció probablemente al que sería posteriormente su mentor, Pablo de Rojas, casi veinte años mayor que él.


Formación en Granada

En 1579 se trasladó junto con su familia a Granada, donde, con unos doce años, comenzó su formación escultórica, en el taller de su paisano Pablo de Rojas, al que a lo largo de su vida reconocería como su maestro y del que se nota su influencia en las esculturas de crucificados.​ Allí trató también con otros artistas como los hermanos García (Jerónimo, Francisco y Miguel Jerónimo). El aprendizaje en esta ciudad sería corto, por cuanto en 1582 se encontraba ya en Sevilla.


Vida en Sevilla

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Monumento a Montañés en la plaza del Salvador, Sevilla. Obra de Agustín Sánchez-Cid (1924). Martínez Montañés aparece sentado con la Inmaculada.

Terminado el periodo de aprendizaje con Rojas, se traslada a Sevilla, a donde lo seguiría toda su familia. Allí estaban asentados ya varios artistas originarios de Alcalá, como Gaspar de Rages o Raxis, sobrino de Rojas. En esta ciudad comenzó a trabajar en un taller de escultura, que se cree pudo ser el de Gaspar Núñez Delgado. Se inscribió en la «Hermandad del Dulce Nombre», donde consta que donó una imagen mariana, aunque no dice que fuera de su autoría.

Los primeros datos de su estancia en Sevilla corresponden a junio de 1587, cuando contrajo matrimonio con Ana de Villegas, hija del ensamblador Juan Izquierdo, en la iglesia parroquial de San Vicente. De este matrimonio nacerían cinco hijos: Mariana (monja dominica), Bernardino (fraile franciscano), José (prebístero), Rodrigo y Catalina.

El 1 de diciembre de 1588 compareció ante un tribunal examinador, compuesto por Gaspar del Águila y Miguel de Adán, para acreditar su suficiencia en la escultura y el diseño de retablos. En presencia del tribunal esculpió una figura vestida y otra desnuda, y realizó también el alzado de un retablo, siendo declarado “hábil y suficiente para ejercer dichos oficios y abrir tienda pública“.

Se estableció en la colación de la Magdalena, viviendo en la calle de la Muela; allí moriría, en 1613 su esposa Ana, que fue enterrada el 28 de agosto en una sepultura que poseía el matrimonio en el convento de San Pablo de Sevilla.​ Montañés contrajo nuevamente matrimonio el 28 de abril de 1614 con Catalina de Salcedo y Sandoval, hija del pintor Diego de Salcedo y nieta del escultor Miguel de Adán, con la que tendría siete hijos: Fernando, Mariana, Francisco, Ana Micaela, José Ignacio, Teresa y Hermenegildo.

​En el mes de agosto de 1591 fue encarcelado por sospecharse su implicación en el asesinato de un tal Luis Sánchez, permaneciendo en la cárcel dos años, hasta que la viuda le perdonó previa entrega de cien ducados. El documento del pleito se guarda en el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla.

En 1629 cayó enfermó y tuvo que permanecer en cama durante cinco meses, lo que le impidió trabajar en el retablo e imágenes de la capilla de la Inmaculada, y le arrastró a un pleito por demora e incumplimiento del contrato.

En 1635 viajó a Madrid, donde había sido contratado para moldear en barro el busto del rey Felipe IV, que junto con el retrato ecuestre de Velázquez debían servir como modelo para una estatua ecuestre que iba a realizar el italiano Pietro Tacca. Esta estatua se encuentra actualmente en la plaza de Oriente de Madrid.

​El éxito que obtuvo con este busto fue muy importante y desde entonces fue conocido como el «Lisipo andaluz», alias que le dio el poeta Gabriel de Bocángel y Unzueta al nombrarlo así en un soneto dedicado al escultor.

En la capital pasó seis meses para la elaboración del trabajo. Durante su estancia fue retratado por Velázquez (Retrato de Juan Martínez Montañés), obra expuesta en el Museo del Prado. El escultor ya conocía a Velázquez de su etapa sevillana como aprendiz en el taller de Francisco Pacheco. Se conserva otro retrato del escultor, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, en la actualidad expuesto en el Hospital de los Venerables, pintado por Francisco Varela, en el que se le representa esculpiendo el San Jerónimo de Santiponce.

Para José Hernández Díaz, uno de los máximos especialistas en Montañés, era un temperamento cicloide, proclive a reacciones violentas y a crisis depresivas. Finalmente fue retratado por Francisco Pacheco para su obra Libro de descripción de verdaderos retratos, realizado en los últimos años de Martínez Montañés.

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Partida de enterramiento de Martínez Montañés en el libro de difuntos de la parroquia de la Magdalena de Sevilla, correspondiente al 18 de junio de 1649.

Falleció en Sevilla, a los 81 años, víctima de la epidemia de peste de 1649 que asoló Sevilla y en la que murió casi el cincuenta por ciento de la población de la ciudad, siendo enterrado en la antigua parroquia de la Magdalena. Catalina de Salcedo, su viuda, declaró en un documento de 1655:

… mi marido quiso ser enterrado en el convento de San Pablo, en la sepultura que allí tenemos, y por haber muerto el año 1649, en el rigor de la peste, el susodicho me pidió que fuese sepultado, como lo está, en la iglesia parroquial de la Magdalena de esta ciudad…

Con motivo de la desamortización española del siglo XIX la parroquia de la Magdalena fue demolida y se perdieron sus restos.


Obras de Juan Martínez Montañés

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